viernes, octubre 23, 2009

REFLEXIONES SOBRE EL PRESUPUESTO

Columna de opinión
por Cecilia López Montaño
Senadora Liberal

La discusión del proyecto de ley de presupuesto pasó desapercibida y fue insuficiente. Sin embargo, las preocupaciones son aún mayores que en años anteriores, dada la compleja situación económica actual del país y la que se vislumbra en los próximos años. Por ello generan gran desconcierto los supuestos con los que se construyeron las cuentas que respaldan especialmente los ingresos fiscales que financiarán los gastos de la Nación en el 2010. El primero de ellos se refiere a la tasa de crecimiento esperada para el próximo año que se ha fijado en 2,5%. No solo es alta con respecto a lo posible sino que se ha ignorado la composición sectorial de dicho crecimiento; la minería y el sector financiero serán los motores del incremento del PIB mientras la industria apenas empezará a despegar, al comercio le pasará lo mismo y el agro seguirá con crecimiento nulo o negativo.
Este comportamiento de la industria, el comercio y el agro tienen unas connotaciones muy serias sobre la generación de impuestos porque son estos sectores los que más contribuyen al Fisco. Por ello, resultan optimistas los estimativos de financiación del presupuesto para el 2010 y si los impuestos no alcanzan vendrá un mayor endeudamiento con las consecuencias que se conocen. Esta realidad debilita el segundo supuesto sobre evolución de la financiación del gasto público. Por consiguiente el panorama no es alentador, puesto que los ingresos tributarios serán inferiores a lo previsto para este año y para el 2010. El recaudo disminuirá en cerca de dos billones de pesos, un 0,4% del PIB, lo que se traduce en un mayor déficit fiscal, el cual estará cercano a un 4,5% del PIB. Lo anterior, sumado a la incidencia de la Ley de Garantías, se reflejará en un comportamiento mediocre de la economía a comienzos de 2010. Los institutos del Estado se convertirán en financiadores del Gobierno a través de TES. O sea, la ejecución será mínima en entidades nacionales frenando las posibilidades de responder por demandas sociales y económicas. Dos hechos se suman, una economía que no crece y unas instituciones dedicadas a financiar el déficit del Gobierno Central.
El empleo será el que sufra las consecuencias de una economía cuyos sectores generadores de trabajo no se reactivan y de un gasto público frenado. No existe posibilidad cercana de rebajar significativamente los niveles de informalidad, que crecerán como resultado de ser el refugio de todos aquellos que no podrán encontrar un trabajo digno. Pero el problema más serio que se reflejará en el presupuesto real para el año entrante es el estancamiento de la economía. Esta dura realidad, después de haber desperdiciado la bonanza de años recientes, continúa siendo ignorada tanto por el Gobierno como por los gremios de la producción dedicados más a la política que a la economía de sus afiliados.
Cada día es más evidente que países de la región como Brasil, Perú y Chile aumentan su oferta en productos agrícolas, en servicios y en textiles, mientras aquí no se está ni siquiera discutiendo el rumbo de la economía colombiana, mucho menos a qué se le va a apostar para que “no nos deje el tren” de la globalización. Que Brasil y Chile nos dejen atrás pero que además Perú también nos supere es una realidad muy dolorosa para Colombia. Una mejor política económica de los peruanos, sumados a una política agrícola e industrial más exitosa explica su superioridad frente a Colombia.
Este debería haber sido el marco para debatir el presupuesto. Qué hacer para reactivar la economía y no seguir dependiendo de los ciclos económicos mundiales para lograr tasas de crecimiento similares a las de hace unos años. Esas famosas políticas anticíclicas que distintos asesores del Gobierno proclaman cada rato, tienen que ser una realidad. Pero la pregunta de fondo ni siquiera se plantea: ¿Cuál es el modelo de desarrollo que el país debería seguir? ¿Cuáles van a ser los nuevos renglones productivos que sean realmente atractivos y generen empleo decente? Pero para abordar estas y otras preguntas estructurales es necesario reconocer que la economía colombiana se estancó y no se ve en el futuro un cambio real frente a esa realidad.

E-mail cecilia@cecilialopez.comwww.cecilialopezcree.comwww.cecilialopez.com

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias por escribirme. Saludo cordial.
Teresita