jueves, junio 21, 2007

Se requiere una nueva reforma pensional

Columna de opinión de la senadora Cecilia López

En vez de una serie de reformas administrativas, como la incluida en el Plan de Desarrollo, que agrupa a todas instituciones que tiene el sistema de reparto bajo la dirección del Gobierno, lo que el país requiere es una nueva reforma pensional. Y por ello es necesario mirar lo que está sucediendo en América Latina que se encuentra en situación similar. Es conveniente revisar el debate actual.

Después de más de una década de vigencia del sistema de Fondos Privados de Pensiones, en muchos países de América Latina se identifica una nueva generación de reformas pensionales. Las razones que motivan el surgimiento de estas iniciativas son de diferente tipo. En primer lugar, los objetivos que justificaron las reformas de la década de los noventa, claramente no se cumplieron. Es así como el costo fiscal no se redujo y, probablemente, lo más importante: lejos de aumentarse su cobertura, la proporción de la población sin ésta protección permanece igual. En segundo lugar, se han producido cambios radicales en el mercado laboral y en el comportamiento demográfico de la población, que invalidan los supuestos bajo los cuales se diseñaron esos sistemas. Todo esto refleja la situación colombiana.

Una razón por la cual los sistemas actuales de pensiones no cubren a un alto porcentaje de la población se debe a que un gran porcentaje de los trabajadores latinoamericanos se ubica en actividades de baja productividad, con acceso precario al sector financiero y comercial. Una buena parte de los trabajadores y sus familias quedan excluidos de las prestaciones contra los riesgos de invalidez, vejez y muerte, razón por la cual se observan grandes diferencias de cobertura entre las actividades formales e informales. A lo anterior se agregan los cambios demográficos que ha vivido la población latinoamericana durante las últimas décadas; su proceso de envejecimiento, la alta participación de las mujeres en el mercado laboral, la emigración, las transformaciones en la estructura familiar.

Chile sin duda fue el gran modelo de la primera generación de reformas pensionales en América Latina y en otros países del mundo. Hoy, sin embargo, Chile ha decidido enfrentar una revisión de su sistema de pensiones teniendo en cuenta las nuevas circunstancias, en particular, las transformaciones en el mercado laboral. Se reconoce que no se visualizó el escenario laboral contemporáneo, la gran inestabilidad y precariedad que caracteriza al mercado de trabajo en el mundo, la alta proporción de trabajadores independientes, temporales, la masiva incorporación de la mujer al trabajo, el incremento de la tasa de divorcio y el aumento en las expectativas de vida, fenómenos que erosionan las bases de la reforma inicial.

Por todo lo anterior, el gran desafío que enfrenta la región es encontrar esquemas de seguridad social novedosos y fiscalmente sostenibles que respondan a estas nuevas realidades y garanticen los niveles de cobertura deseables. Se busca que estas nuevas reformas de los sistemas de pensiones sean parte del gran esfuerzo que empieza a tomar forma en América Latina y que busca pasar de la sola reducción de pobreza a la llamada cohesión social de la cual la solidaridad en las políticas públicas es un elemento fundamental.

Así como Chile, muchos otros países latinoamericanos se encuentran en procesos de búsqueda de soluciones a los regímenes pensionales. Por tratarse del proceso más avanzado, la experiencia chilena debe ser el centro del debate en el país. Esta simultaneidad de iniciativas generan la necesidad de una discusión abierta sobre el tema, de manera que se retroalimenten mutuamente estos procesos de cambio.

E-mail celopezm@aol.com

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Teresita