viernes, mayo 14, 2010

Balance y lecciones aprendidas de las medidas adoptadas para enfrentar el Fenómeno del Niño


Por:
Hernán Martínez torres
Ministro de Minas y Energía

El comportamiento del sector eléctrico colombiano frente al Fenómeno El Niño que se encuentra en su fase final, fue muy positivo. El país demostró que cuenta con recursos suficientes para afrontar una hidrología tan seca como la presentada en el Niño 97 – 98, siempre y cuando se haga un uso eficiente de dichos recursos.

Cuando se presenta el fenómeno El Niño en el Océano Pacífico, Colombia normalmente sufre situaciones de sequía extrema que afectan la disponibilidad de su parque hidroeléctrico.

Las medidas adoptadas por la CREG y el Ministerio de Minas y Energía, y la respuesta de los agentes, demostraron la madurez de una industria que sobresale a nivel latinoamericano, entre otras cosas, por establecer las acciones necesarias para evitar un racionamiento energético durante la etapa más crítica de El Niño, diferente a lo ocurrido en los países vecinos de Ecuador y Venezuela.

El Niño no golpea con la misma fuerza a todos los países, pese a que los déficits de agua que produce son similares. Mientras que en estos países los apagones de hasta ocho horas diarias empezaron a convertirse en cotidianos durante los meses de enero y febrero, en Colombia el país logró mantener sus luces encendidas, incluso con capacidad de sobra que pudo vender a sus países vecinos.

En marzo de 2010, la exportación de electricidad de Colombia hacia Ecuador fue de 5.3 GWh, con una diferencia de -97.0% con respecto al mismo mes del año anterior. Cabe anotar, que no hubo exportaciones a Venezuela.

Sobre las medidas y acciones adoptadas frente a esta situación, es necesario capitalizar las lecciones aprendidas y plantear algunas reflexiones por parte de toda la industria y las entidades gubernamentales, con miras a fortalecer el sector y prepararlo para afrontar con mayor éxito fenómenos naturales de este tipo en la posteridad.

El Fenómeno El Niño 2009-2010, declarado de manera oficial por las agencias internacionales y el IDEAM en junio del año pasado, tuvo un efecto sobre la hidrología de los ríos que sirven de insumo en la generación de energía, similar al presentado entre los años 1997-1998. En ambas situaciones, se observa una reactivación de las lluvias entre los meses de abril y mayo, alcanzando unos niveles hidrológicos cercanos a la media (Ver gráfica). El periodo de transición entre el verano y el invierno tiende a normalizarse, siendo muy similar a la media histórica.

Las principales lecciones que sobresalen, luego de afrontar positivamente los embates del Fenómeno El Niño durante casi 11 meses, están definidas en dos premisas: de un lado, la importancia de usar racionalmente los recursos hídricos y térmicos al momento de enfrentar una situación de escasez hidrológica, coincidente con un déficit en el transporte de gas, y de otro, la acentuación de las diferencias en la percepción del riesgo de cada uno de los que intervienen en la cadena de la energía ante situaciones de esta magnitud, acompañado de alertas y mensajes de divulgación, invitando a la ciudadanía a hacer un uso eficiente de la energía.

La segunda premisa, nos invitar a revisar reglas e instrumentos permanentes que permitan un mejor equilibrio entre vendedores y compradores de energía en el MEM, asegurando la confiabilidad en el suministro y el uso eficiente de los recursos de una forma más natural y sin necesidad de ajustes a las reglas durante el periodo de escasez para lograr dichos objetivos.

Algunos de los aspectos que deben ser abordados por esta revisión van desde el tratamiento de las desviaciones de generación del despacho ideal comparadas con las de la generación del despacho real, ocasionadas por razones diferentes a las restricciones de la red, pasando por generaciones de seguridad de acuerdo a razones de confiabilidad en el mediano y largo plazo, efectividad del cargo por confiabilidad en la entrega oportuna de la energía firme y el uso eficiente de los recursos.

También, deben modificar el manejo del riesgo de crédito en temas como factores de apalancamiento financiero de los diferentes agentes en función de su capacidad patrimonial, cálculo de garantías y cobertura de las mismas ante ocurrencias de escenarios de precios altos de bolsa; efectividad de la limitación de suministro, viabilidad de compensar y liquidar las transacciones de corto y largo plazo del MEM en una cámara de riesgos central de contraparte; revisión de la regulación en temas como la coordinación gas – electricidad; manejo de la información de corto, mediano y largo plazo, tanto operativa como comercial y, por último, conveniencia de impulsar la madurez del mercado y la infraestructura de la industria de gas.

Es importante tener objetividad para la solución de cada uno de estos puntos, ya que éstos representan un reto para la industria eléctrica al momento de tomar decisiones que conduzcan a un mejor desarrollo del mercado, de tal manera que beneficie a toda la sociedad colombiana, tanto en la seguridad del suministro como en su competitividad.

Como resultado de la normalización que se está dando en el clima, es conveniente suspender las medidas transitorias que se tomaron durante el Fenómeno El Niño, exceptuando el libre acceso a la información que ayuda a la seguridad del sistema, reduciendo el riesgo de apagones.

Lecciones aprendidas frente al manejo de esta situación se resume:

• Anticipación.
• Maximiza disponibilidad y generación térmica.
• Aseguramiento del abastecimiento de combustibles para el parque térmico.
• Necesidad de Coordinación Gas – Electricidad.
• Necesidad de revisar la política de gas por debilidades detectadas e regulación.
• Monitoreo permanente.
• Medidas de regulación transitorias.
• Racionalización de exportaciones de energía.
• Campañas de uso racional de la energía.
• Coordinación institucional.
• Comité de Seguimiento a la situación energética CACSSE
• MME, CND, CREG, UPME, ECOPETROL, CNO IDEAM

De igual manera, afrontar el Fenómeno El Niño de manera exitosa, no es razón para que la ciudadanía se confíen, dejando de lado la cultura del uso racional de los recursos. Antes bien, es una invitación a implementar de manera constante hábitos de ahorro y consumo racional para evitar consecuencias mayores, producto de fenómenos naturales que ponen en riesgo la estabilidad del sistema.

Nota publicada en El Diario Electrónico
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