miércoles, febrero 17, 2010

Nuevo proyecto de ley para el periodismo en Colombia

Columna de opinión
Por: senador Luis Fernando Duque.
Partido Liberal

No termina de ajustarse una ley tramitada y aprobada por nuestro Congreso para el periodismo en Colombia y que fue objetada en un comienzo por el Presidente de la República, cuando ya tenemos un proyecto de ley que busca devolverle a esta profesión el carácter de alto riesgo para su ejercicio.

El proyecto, de mi autoría, quiere llamar los hechos con total claridad: es una verdad innegable que el ejercicio del libre periodismo en Colombia está amenazado. Es cierto que el número de amenazados o periodistas asesinados ha disminuido, pero es indudable que tanto amenazas y asesinatos se siguen registrando. Con uno sólo de estos casos que ocurra, la libertad de prensa y expresión está amenazada.

El sofisma utilizado por algunos ex magistrados de la Corte Constitucional, y hoy políticos en ejercicio, como Carlos Gaviria fue degradar al periodismo de profesión a oficio, como el de los zapateros o artesanos. Esta decisión fue un duro golpe a la Ley 51 de 1975, que organizó al periodismo, le dio dignidad en sus salarios, en sus horarios de trabajo. Cuentan los viejos periodistas que antes de esa ley, a ellos les pagaban con bonos, carecían de seguridad social y mucho menos tenían pensión. Con esa ley, nadie ejercía si no tenía tarjeta profesional, como cualquier médico, abogado, ingeniero o contador, abriendo las puertas para los programas y estudios universitarios, es decir a la profesionalización.

El fin del proyecto presentado es rescatar la concepción de profesión, para que las universidades y medios de comunicación vuelvan a tomar en serio a esta carrera y el Estado reconozca que es una de alto riesgo, con las consideraciones en seguridad social del caso.

Cuando el fallecido ministro de protección, Juan Luis Londoño, quitó los beneficios al periodismo afirmaba, junto con el presidente Uribe, que no debería haber gabelas para nadie, que todo debía ser igualitario para todas las carreras y oficios, pero ni siquiera se dejó debatir el porqué algunas sí consideraron ese calificativo. Nadie niega el peligro y riesgo constante de nuestros policías, soldados y jueces, pero no hubo siquiera una voz que se elevara para decir que lo mismo ocurre con los periodistas.

Las cifras nos dan la razón: según la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, en los últimos 13 años han sido asesinados 125 periodistas en Colombia. De acuerdo con los procesos judiciales, en 57 casos se comprobó que fue por razón de su profesión. Los más emblemáticos casos de impunidad radican en las muertes de Jaime Garzón y de Orlando Sierra, subdirector de La Patria, en 2002. También están los crímenes regionales de los periodistas José Emeterio Rivas, Martín Duarte y Alfonso Parada.

Así que nadie puede negar que se trate de una profesión,y menos que de alto riesgo. Por eso presento esta iniciativa de ley, en donde el Estado restituye un olvido que ha resultado caro para la misma democracia, porque ¿qué periodista –y hay que preguntarlo en las regiones- no se siente vulnerable a la hora de trabajar en las condiciones difíciles económicas y de seguridad actuales?

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Gracias por escribirme. Saludo cordial.
Teresita