miércoles, agosto 06, 2008

El ocaso de otra institución independiente


Columna de Opinión Camilo Sánchez
Senador Partido Liberal
Miembro Comisión Tercera

Nunca imaginé que siendo uno de los más duros críticos de las políticas erráticas de nuestro Banco Central, saldría a defender su independencia y autonomía, por ser elementos esenciales para que instituciones como ésta puedan cumplir los objetivos previstos por la Constitución, por estar hoy en peligro de perderse debido a los ataques populistas y oportunistas de varios miembros de este gobierno, incluido el Presidente. Si bien es cierto que no han cumplido durante los dos últimos años con su función primordial, controlar la inflación, lo que debemos es crear instrumentos para cambiar sus miembros cuando se les salga de las manos el manejo monetario y macroeconómico, como sucede en la actualidad, y no permitir que destruyan la institución como tal.

Para nombrar los miembros que se vayan a cambiar se deberá utilizar un mecanismo de méritos reales, donde sean sectores como el académico, las asociaciones de economistas y los partidos de oposición, quienes postulen los nombres, de donde el Presidente haga su selección, y no sea la parcializada dedocracia vigente, donde tan sólo se requiere el respaldo político del grupo que ostenta el poder para aumentar el dominio sobre los mismos. El Ministro de Hacienda tendrá voz pero no voto y siempre deberán existir por lo menos dos miembros del Gobierno anterior, para evitar el unanimismo.

Estamos a pocos meses de darle un entierro de tercera a nuestra Banca Central Autónoma, debido a la reformita aislada de la reelección presidencial, cuando la Constitución ameritaba una reforma integral, que mantuviera los pesos y contrapesos que se habían logrado bajo la Constitución del 91 por nuestro régimen presidencial. Los dos últimos miembros, el doctor Villar, que cumple su periodo y el doctor Tenjo serán remplazados por personas postuladas por el Presidente, quedando así los siete miembros elegidos por este Gobierno, convirtiéndose entonces en otro apéndice del ejecutivo.

Es deplorable ver como el Mandatario hace una intromisión al utilizar los medios masivos de comunicación para poner el pueblo en su contra, al afirmar que el Emisor no lo está oyendo, dejándolo así en la picota pública por haber subido las tasas de interés al 10% , cosa contraria a los hechos, ya que sus miembros están tratando de enmendar los errores continuos de esta administración por el exceso de gasto público, asistencialismo, no asumir una reforma tributaria estructural, así como el corto placismo de su política económica, para crear el piso y no poner en riesgo una tercera elección. Aunque no nos guste el alza de las tasas, era la última herramienta a mano que tenía esta institución para posponer la hecatombe inflacionaria, que de todos modos se presentará de continuar con el populismo a través del gasto. A este gobierno se le olvida que el peor de los impuestos para los pobres es la inflación y lo que les da con subsidios, a sus posibles votantes, se lo está quitando de más con este crecimiento inflacionario. Que gran sofista nuestro Presidente, nuevamente culpa de sus errores a los demás y no a sus actos reeleccionistas.

Es absurdo que sólo hasta agosto hayan recordado hacer el recorte de gasto, que debió haberse iniciado desde enero y que nos muestren como salvación el tan pequeño recorte de 1.5 billones, cuando durante los primeros siete meses ya hicieron el daño, al haber permitido realizar ese gasto explosivo sin precedentes. Esta medida simplemente es un pañito de agua tibia para quedar bien ante la galería, pero la comunidad científica y los especialistas sabemos que no tendrá mayor alcance. Cuando tenga la mayoría absoluta de los miembros, quisiera saber cuál será su excusa, porque ni el mas iluso seguirá creyendo que la Junta del Banco no estará haciendo lo que les ordenan desde Palacio.

Doctor Zuluaga, los colombianos merecemos se nos explique ¿cómo va hacer el recorte de estos 10 billones de pesos del presupuesto del 2009?, para no tener sorpresas, y que éste se inicie desde enero, sí realmente quieren hacer una política de choque. Me asombra que se siga bajo la premisa de que el fin justifica los medios, por la política poco ortodoxa en la lucha contra la reevaluación e inflación, al generarse un populismo de izquierda y de derecha de manera simultánea que será fatal para el sector productivo a mediano y largo plazo. Uno no puede dedicarse a prenderle una vela a Dios y otra al Diablo para mantener la popularidad.

Por último, volveremos a presentar por quinta vez la reforma constitucional y la ley del Banco, a través de las cuales quedan salvaguardadas por siempre la independencia y autonomía, a su vez se instaura como función constitucional del Banco velar no solo por el control de la inflación sino propender por el crecimiento económico y la generación de empleo, cumpliendo así lo ordenado por la Corte Constitucional.

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Gracias por escribirme. Saludo cordial.
Teresita