miércoles, octubre 17, 2007

Columna opinión Cecilia López

¡QUE SEMANA!


Cecilia López Montaño


Una excelente recomendación de un curtido jefe político, en plena campaña, refleja el devenir de la vida nacional: “Nunca dé una declaración apenas se baje de un avión, pregunte primero qué ha pasado porque en una hora este país puede dar un vuelco total”. Una perfecta anotación para la semana que acaba de pasar: lunes en la noche, un boletín de Palacio que sinceramente era incomprensible. ¿Cómo así que un para, con un apodo rarísimo, fue chantajeado por un magistrado para comprometer al señor Presidente Uribe en un asesinato? Solo después de varias apariciones del señor Presidente en la pantalla chica, cuando ya era hora de apagar el televisor, fue posible asimilar el hecho. Martes, suena el teléfono a primera hora para advertir que había que poner la radio para oír la trifulca entre el Presidente y Daniel Coronel. Después del shock de oírle decir al primer Mandatario que Daniel era un “miserable”, entre otros calificativos de grueso calibre y cuando se empezaban a escuchar reacciones, otra llamada para advertir que había que pasar a otras emisoras, donde el Presidente, más calmado, seguía al aire, arremetiendo contra “El Tiempo” y, sobre todo, contra la Corte.

Pero al mediodía del martes las cosas se habían complicado aún más. La forma como el señor Presidente se refirió a la escogencia de Pacho Santos como su fórmula vicepresidencial dejó frío a todo el mundo. En la entrega de los premios de periodismo Simón Bolívar se sentía un ambiente enrarecido y cuando se anunció el premio a Coronel como el mejor columnista del año, los aplausos fueron elocuentes. Y como si todo esto fuera poco, apareció en el Consulado de Nueva York un nuevo testigo de supuestos sobornos del mismo magistrado, para acusar al Presidente. La historia no terminó el martes sino que ha continuado aun en el fin de semana cuando se supo que también el Presidente insinuó que había evidencias sobre la acusación que se le hizo al ex senador Rafael Pardo. Además se conoció que fue el hermano del señor Presidente quien entregó a Palacio la famosa carta del para que denunciò el supuesto soborno.

Los acontecimientos descritos han producido una profunda división de la sociedad colombiana que ahonda aún más la confrontación que ya se había anunciado. Sobre las interpretaciones de estos eventos no hay término medio. Aquellos que apoyan al señor Presidente han recibido explicaciones que van en la dirección de deslegitimar no solo a la Corte sino a toda la justicia colombiana llegando inclusive a poner en tela de juicio los procesos de la parapolítica. Así de grave. El otro sector ve este enfrentamiento entre el Ejecutivo y el poder judicial, como la más clara indicación de un quiebre irreparable en las ya débiles instituciones colombianas. Para acabar de agravar esta crisis, se plantea la posibilidad de un tercer período presidencial. No han podido escoger un momento más inadecuado para esta propuesta del partido de la U.

No importa lo que digan las encuestas que deben estar listas para mostrar el fortalecimiento de la imagen presidencial; la verdad es que la gran perdedora en esta difícil semana ha sido la democracia. Con todas sus imperfecciones ¿no ha sido este sistema político uno de los grandes baluartes de la sociedad colombiana? Porque no solo el Ejecutivo se enfrenta al Poder Judicial sino que en esta crisis también ha sido evidente la injerencia del Ejecutivo en el Legislativo. Esta semana el Congreso de la República estuvo prácticamente paralizado, aun cuando había quórum deliberatorio para iniciar debates. Rompiendo las reglas, y por clara interferencia del Gobierno a través de sus mayorías, se logró acallar la voz de la oposición que estaba lista para censurar los hechos y para defender la justicia colombiana. Esta semana pasará a la historia como una de las más funestas para la institucionalidad del país.

cecilia@cecilialopez.com

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Teresita